📖 El padre y los dos hijos

"El dinero no es el objetivo, El objetivo es vivir la vida en tus propios términos".(Chris Brogan)


Un hombre rico tenía dos hijos. Al mayor le gustaba el dinero y los negocios, y al menor le gustaba el arte y la música. El padre quería que los dos siguieran sus pasos y se hicieran cargo de su empresa, pero el hijo menor no estaba de acuerdo. Un día, le pidió a su padre que le diera su parte de la herencia y se marchó a otro país, donde se dedicó a tocar la guitarra en las calles y a pintar cuadros en los parques.

El hijo mayor se quedó con su padre y trabajó duro en la empresa. Se casó con una mujer rica y tuvo muchos hijos. Vivía en una mansión, conducía un coche de lujo y vestía ropa de marca. Pero no era feliz. Siempre estaba estresado, preocupado y aburrido. No tenía tiempo para disfrutar de su familia, de sus amigos o de sus aficiones.

El hijo menor vivía en una casita modesta, montaba en bicicleta y vestía ropa sencilla. Pero era feliz. Siempre estaba tranquilo, contento y creativo. Tenía tiempo para disfrutar de su familia, de sus amigos y de sus pasiones.

Un día, el padre enfermó gravemente y llamó a sus dos hijos para despedirse. El hijo mayor llegó primero y se sentó junto a su padre. El padre le dijo que estaba orgulloso de él, pero que le veía triste y lejano. Le preguntó si era feliz con su vida. El hijo mayor bajó la cabeza y reconoció que no lo era. Que había hecho todo lo que su padre le había pedido, pero que no había hecho lo que él quería. Que había ganado mucho dinero, pero que había perdido el sentido de la vida.

El hijo menor llegó después y se abrazó a su padre. El padre le dijo que estaba orgulloso de él, pero que le veía pobre y cansado. Le preguntó si era feliz con su vida. El hijo menor levantó la cabeza y afirmó que sí lo era. Que había hecho todo lo que él quería, pero que no había hecho lo que su padre le había pedido. Que había ganado poco dinero, pero que había ganado el sentido de la vida.

El padre miró a sus dos hijos y les dijo: "Hijos míos, os quiero a los dos por igual, pero os he enseñado mal. Os he hecho creer que el dinero era el objetivo, cuando en realidad el objetivo es vivir la vida en vuestros propios términos. No importa cuánto dinero tengáis, sino cómo lo usáis. No importa qué hagáis, sino por qué lo hacéis. No importa qué os digan los demás, sino qué os dice vuestro corazón".

Y diciendo esto, el padre cerró los ojos y murió.


Comentarios