馃摐 El origen del ma铆z


Hace mucho tiempo, cuando el mundo era joven, los dioses crearon a los primeros hombres con barro. Pero los hombres de barro eran d茅biles y fr谩giles, y se romp铆an con facilidad. Los dioses no estaban satisfechos con su obra, y decidieron crear a otros hombres con madera. Pero los hombres de madera eran duros y fr铆os, y no ten铆an coraz贸n ni inteligencia. Los dioses tampoco estaban contentos con su obra, y decidieron crear a otros hombres con ma铆z. Pero el ma铆z estaba escondido en una monta帽a sagrada, custodiada por un monstruo terrible.

Los dioses eligieron a cuatro h茅roes para que fueran a buscar el ma铆z: Quetzalc贸atl, el dios de la sabidur铆a y el viento; Tezcatlipoca, el dios de la noche y la magia; Huitzilopochtli, el dios de la guerra y el sol; y Xochipilli, el dios de las flores y el amor. Los cuatro h茅roes se pusieron en camino, guiados por una estrella brillante que les se帽alaba el rumbo.

Al llegar a la monta帽a sagrada, los h茅roes se encontraron con el monstruo que guardaba el ma铆z. Era una serpiente gigante con plumas de colores, que lanzaba fuego por la boca y rel谩mpagos por los ojos. El monstruo les dijo que si quer铆an el ma铆z, tendr铆an que vencerlo en una prueba de valor y astucia.

Quetzalc贸atl se ofreci贸 a enfrentar al monstruo primero. Se transform贸 en un 谩guila real, y vol贸 hacia la cabeza del monstruo. Le pic贸 los ojos con su pico, y le ara帽贸 las escamas con sus garras. El monstruo rugi贸 de dolor, y le escupi贸 una llamarada de fuego. Quetzalc贸atl esquiv贸 el fuego con su agilidad, y le arranc贸 una pluma al monstruo. Luego volvi贸 al suelo, y le mostr贸 la pluma a sus compa帽eros.

Tezcatlipoca se ofreci贸 a enfrentar al monstruo despu茅s. Se transform贸 en un jaguar negro, y corri贸 hacia la cola del monstruo. Le mordi贸 la cola con sus dientes, y le rasg贸 la carne con sus garras. El monstruo aull贸 de rabia, y le lanz贸 un rayo por los ojos. Tezcatlipoca esquiv贸 el rayo con su rapidez, y le arranc贸 una escama al monstruo. Luego volvi贸 al suelo, y le mostr贸 la escama a sus compa帽eros.

Huitzilopochtli se ofreci贸 a enfrentar al monstruo despu茅s. Se transform贸 en un colibr铆 rojo, y vol贸 hacia el coraz贸n del monstruo. Le perfor贸 el coraz贸n con su pico, y le dren贸 la sangre con su lengua. El monstruo grit贸 de horror, y le envolvi贸 con sus plumas. Huitzilopochtli escap贸 de las plumas con su fuerza, y le arranc贸 un pedazo de carne al monstruo. Luego volvi贸 al suelo, y le mostr贸 la carne a sus compa帽eros.

Xochipilli se ofreci贸 a enfrentar al monstruo despu茅s. Se transform贸 en una mariposa multicolor, y vol贸 hacia la boca del monstruo. Le entr贸 en la boca con su belleza, y le llen贸 el est贸mago de flores con su dulzura. El monstruo se sinti贸 mareado, y le vomit贸 con sus flores. Xochipilli sali贸 de la boca con su gracia, y le arranc贸 una semilla de ma铆z al monstruo. Luego volvi贸 al suelo, y le mostr贸 la semilla a sus compa帽eros.

Los cuatro h茅roes hab铆an vencido al monstruo, y hab铆an conseguido el ma铆z. El monstruo reconoci贸 su derrota, y les dijo que pod铆an llevarse todo el ma铆z que quisieran. Los h茅roes entraron en la monta帽a sagrada, y encontraron una gran variedad de ma铆z: blanco, amarillo, rojo, azul, negro, morado, verde, rosado. Los h茅roes tomaron el ma铆z de todos los colores, y lo llevaron a su pueblo.

Los dioses tomaron el ma铆z, y lo molieron con sus manos. Luego lo mezclaron con su sangre, y lo amasaron con sus dedos. As铆 hicieron la masa de ma铆z, con la que crearon a los nuevos hombres. Los hombres de ma铆z eran fuertes y flexibles, y ten铆an coraz贸n e inteligencia. Los dioses estaban satisfechos con su obra, y les dieron el aliento de la vida.

Los hombres de ma铆z despertaron a la vida, y se maravillaron de todo lo que ve铆an. Los dioses les ense帽aron a cultivar el ma铆z, y a hacer tortillas, tamales, atole y pozole. Los dioses les ense帽aron a hablar, a escribir, a contar y a cantar. Los dioses les ense帽aron a amar, a respetar, a cooperar y a celebrar.

Los hombres de ma铆z agradecieron a los dioses por haberlos creado, y por haberles dado el ma铆z. Les prometieron honrarlos y adorarlos siempre. Los dioses se alegraron por los hombres de ma铆z, y les bendijeron con su gracia.

As铆 fue como los dioses crearon a los hombres de ma铆z, y les dieron el ma铆z como alimento y s铆mbolo.

Fin.

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