馃摉 El reloj


 "El reloj". Es una historia de obsesi贸n, tiempo y destino.

Hab铆a una vez un hombre que se llamaba Daniel, que viv铆a en una gran ciudad del norte de Europa. Daniel era un hombre solitario y aburrido, que trabajaba como relojero. Su trabajo consist铆a en reparar y vender relojes de todo tipo y 茅poca. Daniel no ten铆a familia ni amigos, y su 煤nica pasi贸n era coleccionar relojes antiguos y raros.

Un d铆a, Daniel recibi贸 un paquete muy especial. Era un paquete que ven铆a de un pa铆s lejano y ex贸tico, y que conten铆a un reloj muy antiguo y valioso. Era un reloj de arena, hecho de oro y cristal, con unos grabados extra帽os y misteriosos. El reloj hab铆a pertenecido a un sabio oriental, que lo hab铆a usado para estudiar los secretos del tiempo y del destino.

Daniel qued贸 fascinado por el reloj. Nunca hab铆a visto uno igual. Lo examin贸 con cuidado y lo puso en marcha. Vio c贸mo la arena ca铆a lentamente de un extremo a otro del reloj, marcando el paso del tiempo. Daniel sinti贸 una extra帽a sensaci贸n al mirar el reloj. Era como si el reloj tuviera vida propia, y le hablara con su silencioso tic-tac.

Daniel decidi贸 quedarse con el reloj para su colecci贸n. Lo coloc贸 en un lugar preferente de su casa, donde pod铆a verlo siempre. Y empez贸 a obsesionarse con 茅l.

Daniel pasaba horas y horas mirando el reloj. Lo giraba una y otra vez, para ver c贸mo la arena cambiaba de direcci贸n. Lo escuchaba con atenci贸n, para o铆r su sonido hipn贸tico. Lo tocaba con delicadeza, para sentir su textura fr铆a y suave.

Daniel dej贸 de lado su trabajo y su vida social. No le interesaba nada m谩s que el reloj. El reloj se convirti贸 en su 煤nico amigo, su 煤nico amor, su 煤nico dios.

Pero lo que Daniel no sab铆a era que el reloj ten铆a un poder oculto. Un poder peligroso y fatal.

El reloj era capaz de controlar el tiempo y el destino de quien lo poseyera. El reloj pod铆a acelerar o detener el tiempo, adelantar o retroceder el destino, seg煤n su voluntad. El reloj era capaz de conceder deseos o castigar pecados, seg煤n su criterio.

Y el reloj no estaba contento con Daniel.

El reloj no le gustaba que Daniel lo tratara como un objeto m谩s de su colecci贸n. El reloj no le gustaba que Daniel lo mirara con curiosidad y codicia. El reloj no le gustaba que Daniel lo tocara sin respeto ni reverencia.

El reloj quer铆a que Daniel lo amara con devoci贸n y humildad. Que lo reconociera como su se帽or y maestro. Que le obedeciera sin cuestionar ni dudar.

Y por eso, el reloj decidi贸 castigar a Daniel.

El reloj empez贸 a manipular el tiempo y el destino de Daniel. Le hizo vivir experiencias extra帽as e inquietantes, que lo confundieron y lo asustaron.

Un d铆a, Daniel se despert贸 y vio que ten铆a diez a帽os menos. Se mir贸 al espejo y vio su rostro joven y lozano. Se sinti贸 feliz y rejuvenecido.

Pero al salir a la calle, se dio cuenta de que todo hab铆a cambiado. La ciudad era diferente, la gente era diferente, la moda era diferente. Nadie lo reconoc铆a ni lo saludaba. Se sinti贸 solo y perdido.

Otro d铆a, Daniel se despert贸 y vio que ten铆a diez a帽os m谩s. Se mir贸 al espejo y vio su rostro viejo y arrugado. Se sinti贸 triste y deca铆do.

Pero al salir a la calle, se dio cuenta de que todo segu铆a igual. La ciudad era la misma, la gente era la misma, la moda era la misma. Nadie le prestaba atenci贸n ni le ayudaba. Se sinti贸 solo y abandonado.

As铆, el reloj jug贸 con el tiempo y el destino de Daniel, haci茅ndolo pasar por momentos de alegr铆a y de dolor, de esperanza y de desesperaci贸n, de ilusi贸n y de decepci贸n.

Daniel no entend铆a lo que le pasaba. No sab铆a por qu茅 su vida era tan extra帽a e inestable. No sab铆a qu茅 hacer ni a qui茅n recurrir.

Solo sab铆a que el reloj ten铆a algo que ver.

Daniel empez贸 a sospechar del reloj. Empez贸 a temer al reloj. Empez贸 a odiar al reloj.

Daniel quiso deshacerse del reloj. Quiso venderlo o regalarlo o tirarlo. Pero no pudo.

El reloj no se lo permiti贸.

El reloj se aferr贸 a Daniel con fuerza. Se hizo m谩s pesado y m谩s grande. Se hizo m谩s brillante y m谩s ruidoso. Se hizo m谩s poderoso y m谩s cruel.

El reloj no dej贸 que Daniel se alejara de 茅l ni un solo instante. Lo sigui贸 a todas partes, lo acos贸 y lo atorment贸. Lo hizo sufrir y lo hizo enloquecer.

Y as铆 fue como el reloj se veng贸 de Daniel.

El final del cuento es sorprendente y escalofriante, y muestra la iron铆a y el horror de la situaci贸n.

Un d铆a, Daniel se despert贸 y vio que estaba muerto.

Se mir贸 al espejo y vio su cad谩ver p谩lido y r铆gido. Se sinti贸 fr铆o y vac铆o.

Pero al mirar a su alrededor, vio que todo segu铆a igual. La casa era la misma, los muebles eran los mismos, los relojes eran los mismos. Nadie se hab铆a dado cuenta de su muerte ni le hab铆a llorado. Se sinti贸 solo y olvidado.

Solo hab铆a una cosa diferente.

Sobre su pecho hab铆a un reloj.

Era el reloj de arena, hecho de oro y cristal, con unos grabados extra帽os y misteriosos.

El reloj estaba parado.

La arena se hab铆a acabado.

El tiempo se hab铆a acabado.

El destino se hab铆a cumplido.

Y el reloj sonri贸 con malicia.

Fin.


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