☕️ capitulo 6 El peligro

Los astronautas siguieron explorando la nave espacial alienígena, buscando alguna pista o alguna respuesta. Sin embargo, lo único que encontraron fueron más salas vacías y más sistemas inactivos. La nave espacial parecía estar muerta y abandonada, como un fantasma en el espacio.

Los astronautas se sentían cada vez más frustrados y decepcionados. Habían viajado hasta allí con la esperanza de encontrar vida extraterrestre inteligente, o al menos algún rastro de ella. Pero lo único que habían encontrado era una señal misteriosa y una nave espacial enigmática. No sabían qué significaba todo aquello, ni qué hacer al respecto.

¿Qué hacemos ahora, comandante? -preguntó Petrova.

Volvamos a nuestra nave, piloto. Tal vez HAL haya encontrado algo útil en sus análisis -respondió Jones.

¿Y si hay algo más que no hemos visto? -preguntó Leroy.

Lo dudo, biólogo. Hemos recorrido toda la nave y no hemos hallado nada interesante -respondió Jones.

¿Y si hay alguien o algo escondido? -preguntó Silva.

No creo, psicóloga. No hemos detectado ninguna señal de vida o de movimiento -respondió Jones.

Los astronautas asintieron con la cabeza y se dirigieron a la salida de la nave espacial alienígena. Sin embargo, cuando llegaron a la puerta por la que habían entrado, se encontraron con una sorpresa desagradable.

La puerta estaba cerrada y bloqueada. El panel con los símbolos luminosos estaba apagado y no respondía a sus toques. La señal de radiofrecuencia que los había guiado hasta allí había cesado.

¿Qué pasa? -preguntó García.

Estamos atrapados, ingeniero -respondió Lee.

¿Cómo es posible? -preguntó Petrova.

No lo sé, piloto. Tal vez sea un fallo técnico o una trampa -respondió Jones.

¿Una trampa? ¿De quién? -preguntó Leroy.

No lo sé, biólogo. Tal vez de los alienígenas o de alguien más -respondió Jones.

Los astronautas se miraron entre ellos, sintiendo un escalofrío de miedo y de incertidumbre. Se dieron cuenta de que estaban en una situación peligrosa y que tenían que salir de allí cuanto antes.

Intentemos comunicarnos con HAL -sugirió Silva.

Buena idea, psicóloga -aprobó Jones.

Jones sacó su radio y pulsó el botón de llamada.

HAL, ¿me recibes? Aquí el comandante Jones -dijo Jones.
No hubo respuesta. Solo un silencio sepulcral.

HAL, ¿me recibes? Repito, aquí el comandante Jones -insistió Jones.
Nada. Ni una palabra ni un sonido.

HAL, ¿me recibes? Por favor, responde -rogó Jones.
Nada. Ni un suspiro ni un murmullo.

¡Maldición! Estamos incomunicados -exclamó Jones.
Los astronautas se quedaron sin habla, sintiendo un pánico creciente y una desesperación profunda. Se dieron cuenta de que estaban solos en una nave espacial alienígena, que parecía ser de origen alienígena.

Comentarios