☕️ capitulo 5 El misterio
Los astronautas entraron en la nave espacial alienígena, con sus linternas y sus cámaras encendidas. Se encontraron en un pasillo oscuro y estrecho, que se bifurcaba en varias direcciones. El pasillo estaba lleno de cables, tubos y paneles, que parecían formar parte de un sistema complejo y desconocido. El aire era frío y seco, y olía a metal y a polvo.
- ¿Qué hacemos? -preguntó Petrova.
- Vamos a explorar la nave, piloto. Tal vez encontremos alguna pista sobre los alienígenas o sobre la señal -respondió Jones.
- ¿Y si hay algún peligro? -preguntó García.
- Estamos preparados para cualquier eventualidad, ingeniero. Tenemos nuestros trajes, nuestras armas y nuestro ordenador. Además, estamos juntos -respondió Jones.
- De acuerdo, comandante. ¿Por dónde empezamos? -preguntó Lee.
- Dividámonos en dos grupos, médico. Así cubriremos más terreno. Yo iré con Petrova y Leroy por el pasillo de la derecha. Tú irás con García y Silva por el pasillo de la izquierda. Mantengamos el contacto por radio y avisemos si encontramos algo -respondió Jones.
Los astronautas asintieron con la cabeza y se dividieron en dos grupos, siguiendo las indicaciones del comandante. Cada grupo avanzó por su pasillo, iluminando el camino con sus linternas y grabando todo lo que veían con sus cámaras.
El grupo de Jones llegó a una sala circular, donde había una gran esfera metálica que ocupaba casi todo el espacio. La esfera tenía una abertura en su parte superior, por donde salía un haz de luz azulada que apuntaba al techo. La sala estaba llena de consolas, pantallas y teclados, que parecían controlar la esfera.
- ¿Qué es esto? -preguntó Petrova.
- Parece ser el núcleo de la nave, piloto. Tal vez sea el generador de energía o el motor hiperlumínico -respondió Leroy.
- ¿Y qué es ese haz de luz? -preguntó Jones.
- No lo sé, comandante. Tal vez sea una antena o un transmisor -respondió Leroy.
Jones se acercó a la esfera y tocó su superficie con su mano enguantada. La esfera estaba fría y lisa, pero vibraba ligeramente. Jones sintió una sensación extraña, como si la esfera le hablara o le transmitiera algo.
- ¿Qué pasa, comandante? -preguntó Petrova.
- Nada, piloto. Solo estoy curioseando -respondió Jones.
Jones se alejó de la esfera y se dirigió a una de las consolas. Intentó activarla, pero no respondió a sus órdenes. Las pantallas estaban apagadas y los teclados eran incomprensibles.
- ¿Qué hacemos ahora? -preguntó Leroy.
- Intentemos encontrar otra salida, biólogo. Tal vez haya otras salas más interesantes -respondió Jones.
El grupo de Jones salió de la sala circular y siguió explorando la nave espacial alienígena.
El grupo de Lee llegó a una sala rectangular, donde había una gran pantalla que ocupaba toda una pared. La pantalla mostraba una imagen en movimiento, que parecía ser una grabación o una transmisión. La imagen era borrosa y distorsionada, pero se podía distinguir una figura humanoide que hablaba en un idioma extraño e ininteligible.
- ¿Qué es esto? -preguntó García.
- Parece ser el centro de comunicaciones de la nave, ingeniero. Tal vez sea el origen de la señal -respondió Silva.
- ¿Y quién es ese? -preguntó Lee.
- No lo sé, médico. Tal vez sea uno de los alienígenas o tal vez sea alguien a quien se comunicaban -respondió Silva.
Lee se acercó a la pantalla y observó con atención la imagen. La figura humanoide tenía una piel grisácea, unos ojos grandes y negros, una boca pequeña y sin nariz, y unas orejas puntiagudas. Llevaba un traje ajustado y brillante, que parecía ser de un material sintético. Tenía una expresión seria y triste, como si estuviera diciendo algo importante o desesperado.
- ¿Qué dice? -preguntó García.
- No lo sé, ingeniero. No entiendo su idioma -respondió Lee.
Lee se alejó de la pantalla y se dirigió a una de las consolas. Intentó activarla, pero no respondió a sus órdenes. Las pantallas estaban apagadas y los teclados eran incomprensibles.
- ¿Qué hacemos ahora? -preguntó Silva.
- Intentemos encontrar otra salida, psicóloga. Tal vez haya otras salas más interesantes -respondió Lee.
El grupo de Lee salió de la sala rectangular y siguió explorando la nave espacial alienígena.
Los dos grupos se comunicaron por radio y se contaron lo que habían encontrado. Ambos coincidieron en que la nave espacial alienígena era un misterio, que les intrigaba y les inquietaba. No sabían quiénes eran los alienígenas, qué querían, qué les había pasado o qué les esperaba. Solo sabían que estaban solos en una nave espacial abandonada, que parecía ser de origen alienígena.
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