☕️ capitulo 1 La Partida
Los seis astronautas se abrazaron a sus seres queridos por última vez, sabiendo que quizás nunca volverían a verlos. Era el día del lanzamiento de la misión “El último viaje”, la más importante y arriesgada de la historia de la humanidad. Su destino era Gaia, un planeta situado a 20 años luz de la Tierra, que según los datos obtenidos por los telescopios, tenía una atmósfera respirable, agua líquida y una temperatura moderada. Era la única esperanza de encontrar un nuevo hogar para la especie humana, que estaba al borde de la extinción debido al cambio climático, las guerras y las enfermedades.
Los astronautas habían sido seleccionados por la agencia espacial internacional entre miles de candidatos, por sus habilidades, su experiencia y su resistencia física y mental. Eran tres hombres y tres mujeres, de diferentes nacionalidades y edades, pero con un objetivo común: explorar Gaia y determinar si era habitable. Para ello, tendrían que viajar en una nave espacial equipada con un motor de propulsión hiperlumínica, que les permitiría alcanzar una velocidad cercana a la de la luz. Sin embargo, el viaje no sería fácil, ya que los astronautas tendrían que superar los desafíos de la distancia, el tiempo, la soledad y lo desconocido.
El comandante de la misión era David Jones, un veterano astronauta estadounidense de 45 años, que había participado en varias misiones a la Luna y a Marte. Era un hombre serio, responsable y decidido, que se había preparado durante años para este momento. Se despidió de su esposa y de sus dos hijos con un beso y una sonrisa, tratando de transmitirles confianza y optimismo.
La piloto era Anna Petrova, una joven rusa de 28 años, que había sido campeona de acrobacia aérea antes de convertirse en astronauta. Era una mujer valiente, inteligente y hábil, que amaba volar y sentir la adrenalina. Se despidió de sus padres y de su hermano con un abrazo y unas palabras de agradecimiento, prometiéndoles que volvería sana y salva.
El ingeniero era Carlos García, un español de 35 años, que había estudiado ingeniería aeroespacial en el MIT y había trabajado en varios proyectos innovadores. Era un hombre creativo, curioso y divertido, que disfrutaba resolviendo problemas y diseñando soluciones. Se despidió de su novia y de sus amigos con un chiste y una broma, intentando aliviar la tensión y el nerviosismo.
La médico era Sarah Lee, una británica de 40 años, que había sido cirujana en el ejército y había prestado ayuda humanitaria en varias zonas de conflicto. Era una mujer compasiva, generosa y profesional, que se preocupaba por el bienestar de los demás. Se despidió de su marido y de su hija con una caricia y una mirada, expresándoles su amor y su orgullo.
El biólogo era Jean-Pierre Leroy, un francés de 32 años, que había sido profesor en la Sorbona y había investigado sobre la vida extraterrestre. Era un hombre culto, apasionado y soñador, que se fascinaba por el misterio del universo. Se despidió de su abuela y de su gato con un beso y una caricia, asegurándoles que les escribiría desde Gaia.
La psicóloga era Maria Silva, una brasileña de 37 años, que había sido terapeuta en una clínica especializada en trastornos del estrés postraumático. Era una mujer alegre, optimista y empática, que sabía escuchar y motivar a los demás. Se despidió de su hermana y de su sobrino con una canción y un baile, tratando de contagiarles su alegría y su esperanza.
Los seis astronautas se dirigieron al vehículo que les llevaría hasta la plataforma de lanzamiento, donde les esperaba la nave espacial “El último viaje”. Antes de subir, se saludaron con un apretón de manos y una sonrisa, formando un equipo unido y solidario. Sabían que se enfrentaban al mayor desafío de sus vidas, pero también a la mayor aventura. Estaban dispuestos a darlo todo por cumplir su misión y por salvar a la humanidad. Se subieron al vehículo y se pusieron los cinturones de seguridad. El vehículo arrancó y se alejó de la multitud que les despedía con aplausos y vítores. Los astronautas miraron por la ventana y vieron el cielo azul, el sol brillante y la Tierra verde. Era el último día que verían su planeta natal.
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